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Ho' oponopono

Yo Soy el YO

“YO” SOY EL “YO”
“YO” vengo del vacío a la luz.
“YO” soy el aliento que nutre la vida.
“YO” soy ese vacío, ese silencio más allá de la conciencia.
El “YO”, lo PERFECTO, lo ABSOLUTO,
“YO” dibujo mi arco iris a través de las aguas, la transformación
de mente en materia.
“YO” soy la inhalación y exhalación,
la brisa transparente e invisible,
el átomo indefinible de la creación.
“YO” soy el “YO”

“YO” SOY EL “YO”

“YO” SOY EL “YO”

“YO” vengo del vacío a la luz.

“YO” soy el aliento que nutre la vida.

“YO” soy ese vacío, ese silencio más allá de la conciencia.

El “YO”, lo PERFECTO, lo ABSOLUTO,

“YO” dibujo mi arco iris a través de las aguas, la transformación

de mente en materia.

“YO” soy la inhalación y exhalación,

la brisa transparente e invisible, el átomo indefinible de la creación.

“YO” soy el “YO”

¿Quién soy YO?

“La persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú. Ten cuidado entonces acerca de lo que te dices a ti mismo”
 Zig Ziglar

 Un amigo con quien intercambio información y conocimientos en la red no hace mucho me contó un sueño que tuvo, me gustó y quiero compartirlo contigo. El se llama Néstor Cerda y me envió su experiencia:

 “Este es un sueño que tuve un buen día. Soñé que estaba a la orilla de una laguna muy profunda, alre- dedor de mí sólo había vegetación muy tupida. Yo estaba en la orilla cuando de repente noté un burbujeo muy intenso en la su- perficie, era muy fuerte como si algo viniera de las profundidades y agitara el agua. De repente salió del agua un joven de unos 25 años quien me clavó su mirada.
Yo casi me muero del susto y me pregunté quién sería este hombre. Entre él y yo comenzó este diálogo:
 —¿Quién eres? —Soy alguien de las profundidades. —
¿Qué quieres? —Nada, sólo vengo a llevarte conmigo allá abajo.
 — Claro que no ¿acaso estás loco? Moriría, no respiraría.
 —No temas, yo te llevaré, dame la mano y no me sueltes –dijo– Con más temor que otra cosa accedí y le di la mano.
Caminamos hasta internarnos y comenzamos a nadar hacia abajo buscando la profundidad del agua.
Descubrí para mi asombro que podía respirar. Al fin divisamos unas luces y llegamos a una especie de ciudad en lo profundo de la laguna. Arribamos por una entrada a un lugar como un vestíbulo; yo estaba asombrado.
Llegamos y noté que era un lugar seco y sin agua, parecido a un complejo de oficinas.
Le pregunté a mi anfitrión si podía ir más allá y me dijo que sí, así que comencé a caminar por un pasillo largo hasta llegar a una puerta que daba afuera.
Yo me moría de la curiosidad, abrí la puerta y salí a una especie de patio fuera del local.
 Afuera era diferente. Era un lugar devastado y había unas casas de plástico, unas casuchas muy pobres.
Era un lugar tan frío y pobre que me conmovió hasta los tuétanos. Yo me preguntaba por qué en este lugar había tanta pobreza y miseria, ya que era un lugar en las profundidades de la laguna, así que corrí de nuevo adentro y busqué a la persona que me había traído y le pregunté:
oye ¿por qué aquí abajo hay tanta po- breza?
¿Qué pasa?
¿Por qué este lugar es como una ciudad muy pobre y miserable? Él me miró con ternura y me dijo algo que hasta el día de hoy me conmueve:
 ESTAMOS DENTRO DE TI EN LAS PROFUNDIDADES DE TU SER, TODA ESA POBREZA ES LO QUE HAY AQUÍ DENTRO DE TI…


Desperté sudando con el corazón a mil por hora y asombrado. Desde entonces me propuse llenar mi interior de abundancia y redoblar mis esfuerzos en pro de ser rico en mi mente…

 ” Esta experiencia la sentí muy reveladora, porque todos llevamos en nuestro interior una parte que sí sabe quiénes somos.


LA IMPORTANCIA DE SABER QUIÉN SOY

 “Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos en- contramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”.
 Viktor Frankl

ho oponopono y los cambios para el 2014

Por Mabel Katz


¿Estás listo para el 2014? 
¿Cuánta gente te ha hecho preguntas tales como: 
¿Qué crees que pasará? 
¿Crees que será el fin del mundo? 
¿Tienes temor?
Somos tan tercos. Siempre insistimos en preocuparnos por el futuro en vez de disfrutar el presente. 
Perdemos muchísimas oportunidades y bendiciones quejándonos por el pasado o preocupándonos por el futuro.
Voy a preguntarte algo diferente: 
¿has notado que ya estamos en el 2014?
Sí, los cambios ya están aquí y no se están yendo a ningún lado. 
El primer tsunami fue la crisis económica pero dado que no vimos el agua, no lo advertimos.
Los tsunamis ya empezaron y continuarán. Están viniendo toda clase de tsunamis: sociales, políticos, económicos, emocionales y naturales.
Ahora todo depende de ti y de las elecciones que hagas: ¿seguirás siendo arrogante pensando que tú sabes mejor y haciendo las mismas cosas que solías hacer?
Las viejas formas de hacer y pensar ya son obsoletas. O abres tu mente y tratas de ser más flexible o te irás en uno de los próximos tsunamis. No hay nada de malo en ello. Es sólo tu decisión. Tienes libre elección.
Me pregunto, luego de todo por lo que hemos pasado, ¿no te gustaría quedarte y ver como la Tierra se convierte en un Paraíso una vez más? Yo sé que sí quiero.
¿Recuerdas la historia de la creación que el Dr. Ihaleakalá me contó y que compartí contigo en mi primer libro El Camino más Fácil? Dice así:
Cuando Dios creó la Tierra y puso a Adán y Eva aquí, les dijo que esto era el paraíso y que ellos no debían preocuparse por nada, que Él podría proveerles todo lo que ellos necesitaran. También les dijo que les daría un regalo, la oportunidad de elegir, de tomar sus propias decisiones, que les daría libre albedrio. Entonces, creó el árbol de las manzanas. Les dijo, “Esto se llama ‘pensar’. Ustedes no lo necesitan. Yo les puedo proveer todo. No deben preocuparse, pero pueden elegir si quedarse conmigo o tomar su propio camino”.
Me gustaría aclararles que el problema no fue comer la manzana. El problema fue no hacerse responsable y decir: “lo siento”.
Cuando volvió Dios, Adán dijo, “ella me lo hizo hacer”. Así fue como Adán tuvo que salir a buscar su primer trabajo. Tal como lo hizo Adán siempre estamos mordiendo la manzana. Siempre pensamos que sabemos más. No nos damos cuenta que hay otra forma, que existe un camino más fácil.

Ho´oponopono se trata de elegir, no puedes servir a dos Maestros. O sueltas (el camino más fácil) y permites a la Inspiración (Dios/Universo) que te guie o continúas repitiendo viejas memorias y haciéndolo por tu cuenta (el camino más difícil). Solo existen dos posibilidades; eso es todo. O vienes de Inspiración o de tus viejas memorias repitiéndose.
Ho´oponopono se trata de permitir que Dios te guie. Siempre que hagas la limpieza (pedir la ayuda y dar permiso) no necesitas preocuparte por nada. Serás guiado y protegido y permanecerás en la corriente que te colocará en el lugar correcto, en el momento perfecto con las personas correctas.
Todo está en perfecto orden. Sólo suelta tus viejas creencias, opiniones y juicios y permítete fluir con la corriente. Sé más humilde y di “No sé”. (¿Te suena esto, Manuel?... sonrie )
Estos son tiempos asombrosos y apasionantes. Requiere que atravesemos la obscuridad para poder ver la luz. Depende de nosotros que tan fácil o difícil queremos que sea el viaje.
Conviértete en un niño otra vez. Es momento de regresar a CASA (Paraíso), ser nosotros mismos y hacerlo a la manera de Dios en vez de a la nuestra.
La única pregunta entonces es: ¿vas a viajar en primera clase o prefieres nadar? Tú eliges.

Por Joe Vitale

Hace dos años, escuche hablar d un terapeuta en Hawaii quien curó
un pabellón completo de pacientes criminales insanos sin siquiera
ver a ninguno de ellos. El psicólogo estudiaba la ficha del recluso
y luego miraba dentro de si mismo para ver cómo él había creado la
enfermedad de esa persona. En la medida en que el mejoraba, el
paciente se mejoraba.


La primera vez que escuche hablar de esta historia, pensé que era
una leyenda urbana. ¿Como podía cualquiera curar a otro con solo
curarse a si mismo? ¿Como podía aunque fuera el maestro de mayor
poder de auto curación curar a alguien criminalmente insano? No
tenia ningún sentido, no era lógico, de modo que descarte esta
historia.


Sin embargo, la escuche nuevamente un año después. Escuché que el
terapeuta había usado un proceso de sanación Hawaiano llamado
“oponopono”. Nunca había oído hablar de ello, sin embargo no podía
sacarlo de mi mente. Si la historia era totalmente cierta, yo tenía
que saber más. Siempre había entendido que “total responsabilidad”
significaba que yo soy responsable de lo que pienso y hago. Lo que
esté mas allá, está fuera de mis manos. Pienso que la mayor parte
de la gente piensa igual sobre la responsabilidad. Somos
responsables de lo que hacemos, no de lo que los otros hacen – pero
eso está equivocado.

El terapeuta Hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas
me enseñaría una nueva perspectiva avanzada sobre lo que es la
total responsabilidad. Su nombre es Dr. Ihaleakala Hew Len.
Probablemente hayamos pasado una hora hablando en nuestra primera
conversación telefónica. Le pedí que me contara la historia total
de su trabajo como terapeuta.

Él explicó que había trabajado en el Hospital Estatal de Hawai
durante cuatro años. El pabellón donde encerraban a los locos
criminales era peligroso.
Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar
allí. La mayor parte de los miembros del personal allí caían
enfermos o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba ese
pabellón simplemente caminaba con sus espaldas contra la pared,
temerosos de ser atacados por sus pacientes. No era un lugar
placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.

El Dr. Len me dijo que el nunca vio a los pacientes. Firmo un
acuerdo de tener una oficina y revisar sus legajos. Mientras miraba
esos legajos, el trabajaría sobre si mismo. Mientras el trabajaba
sobre si mismo, los pacientes comenzaban a curarse.
“Luego de unos pocos meses, a los pacientes que debían estar
encadenados se les permitía caminar libremente” me dijo. “Otros que
tenían que estar fuertemente medicados, comenzaban a mermar su
medicación. Y aquellos que no tenían jamás, ninguna posibilidad de
ser liberados, fueron dados de alta”. Yo estaba asombrado. “No
solamente eso” continuó, “sino que el personal comenzó a gozar
yendo a trabajar.”
“El ausentismo y los cambios de personal desaparecieron. Terminamos
con más personal del que necesitábamos porque los pacientes eran
liberados y todo el personal venia a trabajar. Hoy ese pabellón
esta cerrado.”

Aquí es donde yo tuve que hacer la pregunta del millón de dólares:
“¿Qué estuvo haciendo usted con usted mismo que ocasionó que esas
personas cambiaran?”
“Yo simplemente estaba sanando la parte de mi que los había creado
a ellos”, dijo él. Yo no entendí. El Dr. Len explico que entendía
que la total responsabilidad de tu vida implica a todo lo que está
en tu vida, simplemente porque está en tu vida, y por ello es tu
responsabilidad. En un sentido literal, todo el mundo es tu
creación.






¡Uau! Esto es duro de tragar. Ser responsable por lo que yo hago o
digo es una cosa. Ser responsable por lo que cualquiera que esté en
mi vida hace o dice es otra muy distinta. Sin embargo la verdad es
esta: si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo
lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas de cualquier
forma es tu responsabilidad porque ésta en tu vida. Esto significa
que la actividad terrorista, el presidente, la economía o cualquier
cosa que experimentas y no te gusta, esta allí para que tu la
sanes. Ello no existe, por decirlo así, excepto como proyecciones
que salen de tu interior. El problema no está con ellos, está en
ti, y para cambiarlo, debes cambiar tú.

Se que esto es difícil de captar, mucho menos de aceptar o de
vivirlo realmente. Achacar a otro la culpa es mucho más fácil que
asumir la total responsabilidad, pero mientras hablaba con el Dr.
Len, comencé a comprender esa sanación de él y que el ho’oponopono
significa amarte a ti mismo.

Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a
cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces
curándote tu mismo.

Le pregunte al Dr. Len como se curaba a si mismo. Qué era lo que él
hacía exactamente cuando miraba los legajos de esos pacientes.

“Yo simplemente permanecía diciendo ‘Lo siento’ y ‘Te amo’, una y
otra vez” explicó él.

“¿Sólo eso?”

“Sólo eso.”

“Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti
mismo, y mientras tú te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo”

Permíteme darte un rápido ejemplo de como funciona esto: un día,
alguien me envía un e-mail que me desequilibra”. En el pasado lo
hubiera manejado trabajando sobre mis aspectos emocionales tórridos
o tratando de razonar con la persona que envió ese mensaje
detestable. Esta vez yo decidí probar el método el Dr. Len. Me puse
a pronunciar silenciosamente “lo siento” y “te amo”. No lo decía a
nadie en particular. Simplemente estaba invocando el espíritu del
amor para sanar, dentro de mi lo que estaba creando la
circunstancia externa.


En el término de una hora recibí un email de la misma persona. Se
disculpaba por su mensaje previo. Ten en cuenta que yo no realicé
ninguna acción externa para lograr esa disculpa. Yo ni siquiera
contesté su mensaje. Sin embargo, sólo diciendo “te amo”, de algún
modo sané dentro de mí lo que estaba creando en él.
Mas tarde asistí a un taller de ho’oponopono dirigido por el Dr.
Len. Él tiene ahora 70 años de edad, es considerado un chaman
abuelo y es algo solitario.

El alabó mi libro “El Factor Atractivo”. Me dijo que mientras yo me
mejoro a mi mismo, la vibración de mi libro aumentará y todos lo
sentirán cuando lo lean. En resumen, a medida que yo me mejoro, mis
lectores mejorarán.

“¿Y qué pasara con los libros que ya he vendido y han salido de
mi?” pregunté.


“Ellos no han salido” explicó él, una vez más soplando mi mente con
su sabiduría mística. “Ellos aún están dentro de ti”. En resumen,
no hay afuera. Me llevaría un libro entero explicar esta técnica
avanzada con la profundidad que ella merece.

“Basta decir que cuando quiera que desees mejorar cualquier cosa en
tu vida, hay solo un lugar adonde buscar: dentro de ti. Cuando
mires, hazlo con amor”.

* * * * * * * * * * *
Éste es uno de esos mensajes que literalmente cambian la vida.
Hemos oído muchas veces que nosotros creamos nuestra realidad, que el mundo es un reflejo de quien somos, que todos somos uno, que todo comienza y termina en ti, etc., etc. Pienso que ustedes los conocen a todos. Es otra historia ver cuanto comprendemos verdaderamente de la esencia de todas esas afirmaciones. Sin embargo, en mi humilde opinión, la simplicidad del mensaje en esta historia presiona nuestras teclas y hace caer la ficha. ¡Es tan simple!
A todos y cada uno de ustedes: ¡Lo siento! ¡Te amo!



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